lunes, 22 de junio de 2015

Mi amigo ET me daba quejas de alguien muy cercano a él, me decía que ella se acostaba cada noche y mas aun se levantaba pensando, -A quien voy a joder mañana? Por vivir juntos generalmente era a él y los dramas le afectaban cada vez mas.

Hace días me llama bien temprano para explicarme el show del momento y a decirme que teme por su salud mental, le sugiero tratar de llevarla a un especialista si eso le preocupaba, alterado me dice:- temo por MI salud mental, no por la de ella. Entendí que la cosa es grave.
 
La solución se encontraba a la mano, cerquita, a un simple paso, llegaría en el preciso momento en que dejara de quejarse y tomara uno de dos caminos, mudarse o no hacerle caso. Irse era solo una solución a medias ya que hay lazos que nos son imposibles de romper, entonces empezamos a aprender sobre el desapego y otras enseñanzas de los grupos de Al-Anon.

"Alguien dijo algo poco agradable sobre mi. ¿Me he ofendido? Si. ¿Debería ofenderme? No. ¿Cómo puedo sobreponerme? Manteniendo la serenidad y poniendo eso a un lado hasta que pueda comprender a que se debe. Si fue un desquite por algo que hice, rectificare mi falta. Y si no fue así, no tengo responsabilidad alguna. ¿Debo ignorarlo todo o alegar algo? No, lo dejare pasar. Nada puede herirme a menos que yo lo permita... otros adultos no están bajo mi responsabilidad, por mas intima que sea mi relación con ellos..."
 
Las personas que necesitan el drama en sus vidas para ser felices siempre tienen algo en la palestra, ya sea la mala situación económica, los asaltos, la gasolina, los partidos políticos, los vecinos, Danilo, Bosch, Obama, la crisis en Irak, la de Venezuela, la capa de Ozono, la lluvia, el sol radiante, la primavera, el otoño, la familia, la dieta, la gordura, todo menos ellos mismos por lo que no les interesa cambiar su conducta, ni siquiera hacen el intento por aceptar que algo no anda bien, la situación se refleja incluso en su salud y con la actitud de victimas llegan los achaques; entonces es tiempo de dejarlo ir. El hecho que no nos afecte es algo que nosotros manejamos o al final nos mata.

Mi amigo, muy atinadamente alega: - Pero siempre me dices que ame mi caos.

- Ama tu caos, no el ajeno

 


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