lunes, 15 de junio de 2015





Hace unas noches tenia uno de mis episodios de insomnio en pleno apogeo, aunque pensándolo bien no era tanto eso sino que tenia que esperar que una de las pulgas llamara para ir a buscarla. Pongo la TV en ánimo de espantar el poco sueño y me encuentro con una película que vi hace tiempo pero que como no me gustan los finales inconclusos no había vuelto a ver.
 
UNFAITHFUL es una película del 2002, tiene como protagonistas a Richard Gere, Diane Lane y al bomboncito de Olivier Martínez, guapo, seductor y joven.
 
Connie Sumner tiene el marido perfecto, la casa perfecta, el hijo perfecto, vive en las afueras de NY y en un viaje a la ciudad conoce al francés que será su perdición. Quien no recuerda aquella escena memorable en el tren donde ella revive con lujo de detalles su primer encuentro sexual con Paul Martel? La cara de felicidad de ella, la forma en que ese hombre la saco de sus cabales y todo lo que desencadena esa lujuria momentánea es la trama perfecta para remenear una vida casi perfecta. Quien no vivió la escena del restaurant donde ambos se desbocan en el baño? Quien no disfruto viendo esta mujer dejarse seducir por el amante joven y lleno de vida? Las cosas se salen de control y no tienen un final feliz pero si realista. Ahora lo entiendo.
 
Esta película tiene imágenes mas fuertes que las 50 sombras aquellas y a mis 45 años la encontré impactante. Pensé en mis congéneres y me pregunte que cuantas mujeres  tienen esa vida sexual súper aburrida, viviendo el día a día sin emoción y soñando con que un tipo así la desvista con los ojos y le muestre ese lado apasionado, loco y lujurioso que nos dan las cosas prohibidas. Me llegaron a la mente muchas conocidas pero rápidamente descarte esos pensamientos, quien soy yo para analizar sus vidas sexuales?
 
En términos generales y para no abundar en el tema, se a ciencia cierta que ellas, ni solteras y menos ahora de casadas, nunca han tenido un romance de esos que te sacan el aire, que sientes temblar las piernas ante cualquier contacto físico, un hombre que te hable al oído cosas perversas y te las haga en publico, un tiguere de Invivienda (como diría el Poeta Callejero) que te "atete" en un callejón, te enseñe a bailar bachata y te brinde unas fría en un colmadon para curar tus inhibiciones. Nunca se montaron en la cola de un motor y tuvieron sexo en donde les cogieron las ganas, nunca hicieron maromas, nunca gritaron improperios ni pidieron auxilio a la Virgen o a Dios en persona, nunca, nunca, nunca dieron instrucciones siniestras ni cambiaron la forma misionera. Muy tarde para esos deleites de la carne? Solo usted lo sabe. Pero un buen revolcón resuelve problemas tan elementales como una nariz congestionada, dolor de cabeza y hasta la artritis, me alegra mucho que las nuevas generaciones sean tan libres y la verdad no hablo de la infidelidad sino de las emociones que alguien puede llegar a producir en ti.
 
Y es que si no es asi, al final de todo, cuando solo nos queda vivir de los recuerdos, nuestro rollo de película esta vacio... que triste.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario