En un post vi una frase, "Don´t waste your pain", estas palabras me sonaban toda la semana en mi cabeza como si fuera un pájaro carpintero haciéndome hoyos en el cerebro, incluso llegue a pensar que no la estaba traduciendo bien, me pregunté una y otra vez cual era el sentido real de estas palabras que solo seguían haciendo eco en mi, "Don´t waste your pain, there´s a purpose for your pain". Esta muy claro que las situaciones duras nos hacen mas fuerte pero que significa que no malgaste ese dolor, nadie quiere ese tipo de acontecimientos en la vida.
Pero nada ocurre al azar, días mas tarde me encuentro con esta foto del Kintsugi, este es el arte tradicional japonés de la restauración, se usa sobre todo en la cerámica, ellos creen que cuando una pieza ha sufrido un daño, esa historia la vuelve mas bella y en lugar de ocultar sus heridas las pegan con un adhesivo fuerte y luego la rellenan con polvo de oro o plata, en este caso se le llama Kintsukuroi. Mas abajo explicaba que no es suficiente reconocer tus heridas sino encontrar la forma de salir fortalecida de ellas, no malgastar el dolor porque tiene su propósito. Todo empieza a cobrar sentido.
Y así somos, bellas piezas de cerámica que no podemos rompernos y seguir por ahí, cuarteadas hasta que los pedazos empiecen a perderse para volvernos un adefesio incompleto de lo que un día fue una obra de arte hermosa. Tenemos que recoger cada pedazo y crear una pieza nueva, convertirnos en mejores personas, orgullosos de exhibir las heridas de la guerra, un millón de batallas ganadas, codos raspados y rodillas sangrantes.
En tan duro verlo de esa forma, todos quisiéramos que la vida (y la de los nuestros) fuera una fiesta eterna pero la realidad es otra, solo con desamor aprendemos sobre el amor, solo enfermos valoramos la salud, solo en la tormenta valoramos la calma, solo en la escases añoramos la abundancia, solo en la lejanía aprendemos a estar cerca, solo así somos mas bellos por dentro, solo asi podemos darle valor a las cosas que de verdad importan.
Muchas veces nos sentimos defectuosos, sentimos dolor en vez de orgullo, vemos desgracias en nuestras bendiciones, malgastamos las energías en pequeñas cosas y nos vemos como derrotados. Cada día, pincel en mano, pon un poco de ese polvo dorado que te hace brillar en la niebla, en la oscuridad y en el desorden.
No malgastes tu dolor, úsalo para tu bien y embellece tus heridas.
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