lunes, 21 de septiembre de 2015


Todos los días recibimos las señales, todos los días los hechos nos indican el camino, nos enseñan a no aferrarnos a nada, a no preocuparnos, a disfrutar cada día como si fuera el último, a darle vida a nuestra vida, gritos que desoímos, nos centramos en ahorrar, en postergar, en pensar mas allá de lo que está a la vista, nos olvidamos de vivir.
 
"Un día a la vez"
 
Porque la vida es eso, porque nada ganamos con vivir dejando esas vacaciones de ensueño en nuestro Bucket list para siempre; porque nada ganamos trabajando para nuestros hijos si ellos a lo único que aspiran es a tenernos cerca, tocándonos, riendo de nuestras cosas, amándonos; porque nada ganamos en la agitada carrera del día a día cuando la vida se nos escapa de las manos.
 
"Un día a la vez"
 
Ese es mi lema, porque cada día trae su propio afán, cada amanecer el mismo sol con tonos diferentes, porque nada ocurre un día antes.
 
 "Un día a la vez"
 
Porque no significa no hacer planes, no soñar, no ahorrar, no estudiar. Los planes, como los sueños, nos mantienen con vida, mantienen la adrenalina corriendo en nuestras venas como la mismísima sangre; las metas nos impulsan, nos hace mejores.

"Un día a la vez"

Esta frase no significa quedarnos varados, esperando la comida y simplemente que las horas nos pasen por el lado sin hacer nada; significar amar lo que hacemos, amar nuestro caos, levantarnos cada día con la vista fija en nuestras metas sin dejar de disfrutar lo que somos hoy, lo que tenemos hoy, la lección de hoy.

Vivir un día a la vez es lo que me mantiene cuerda, es lo que me da un poco de paz en este tornado de responsabilidades, desaciertos, torpezas... me lo repito cada día, muchas veces, solo suspiro y me digo: Un paso a la vez, un dia a la vez.

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